Los votantes mexicanos están un paso más cerca de elegir a la primera mujer presidenta en la historia del país, un motivo de celebración para muchos que también ha desencadenado una ola de afirmaciones falsas y misóginas en Internet, desdibujando las líneas que separan la realidad de la ficción.
Los dos principales candidatos tuvieron que responder a ataques que degradaron su apariencia, sus credenciales y su capacidad para liderar la nación.
La favorita para suceder a Andrés Manuel López Obrador tras las elecciones generales del domingo, la exalcaldesa de Ciudad de México Claudia Sheinbaum, también ha enfrentado difamaciones sobre sus orígenes judíos, así como acusaciones, repetidamente negadas, de que nació en Hungría. Esta semana, en un aparente intento de socavar su candidatura, una cuenta de redes sociales favorecida por un medio legítimo publicó un audio falso, generado con inteligencia artificial, en el que Sheinbaum admitía que su campaña estaba fracasando.
La ola de desinformación electoral que enfrentan los votantes en México es el último ejemplo de cómo Internet, las redes sociales y la inteligencia artificial están alimentando la difusión de contenidos falsos, engañosos u odiosos en las democracias de todo el mundo, distorsionando el discurso público y con posibles consecuencias en los resultados electorales.
Según Manuel Alejandro Guerrero, profesor e investigador en comunicación de la Universidad Iberoamericana de la capital mexicana, existe un clima generalizado de desinformación en el país, aunque la situación es un poco diferente a la de India o Estados Unidos.
En México, la desinformación es el resultado de la creciente desconfianza en los medios de comunicación, la violencia perpetrada por los cárteles del narcotráfico y el rápido aumento del uso de las redes sociales, combinado con el retraso en la alfabetización digital. Guerrero señaló otro factor que ahora resulta familiar para los estadounidenses: la existencia de líderes políticos dispuestos a actuar como portavoces de la desinformación.
Sheinbaum, la candidata de Morena, el partido de López Obrador, se enfrentará a los opositores Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, del pequeño partido Movimiento Ciudadano.
En comparación con la desinformación electoral sobre los candidatos masculinos, los ataques contra Gálvez y Sheinbaum tienden a ser de naturaleza personal y centrarse en el género, dijo María Calderón, abogada e investigadora mexicana que trabaja en el Instituto de México, un grupo de expertos con sede en Washington. DC, que analiza la política en línea.
Los análisis de Calderón revelaron que los ataques a candidatos como Sheinbaum y Gálvez, además de crueles, suelen centrarse en su apariencia física -altura, peso o forma de vestir- o en sus méritos, mientras que la desinformación que se ha vertido sobre los hombres en general se refiere a sus propuestas políticas.
Según la investigadora, parte de este sexismo se puede atribuir a la cultura del “machismo” que existe en el país y a su firme arraigo católico. En México, las mujeres no obtuvieron el derecho al voto hasta 1953.
López Obrador ha difundido algunas informaciones falsas sobre Gálvez, como cuando el año pasado dijo erróneamente que el exsenador apoyaba planes para eliminar varios programas sociales populares si era elegido. A pesar de los esfuerzos del oponente por dejar clara su posición, esta narrativa continúa rondando su campaña, demostrando la eficacia de la desinformación política, incluso si está desacreditada.
Los estafadores también se han metido en el negocio de la desinformación en México, utilizando “deepfakes” (una falsificación realista de fotografías, vídeos o audio digitales) generados por la IA de Sheinbaum para promover afirmaciones de inversión.
Como en otros países, las empresas de tecnología que operan la mayoría de las principales plataformas de redes sociales dicen que han implementado una serie de programas y políticas destinadas a combatir los efectos de la desinformación antes de las elecciones.
Meta y otras plataformas con sede en EE. UU. han sido criticadas por centrar la mayor parte de sus esfuerzos contra la desinformación en el inglés, mientras que el resto del mundo adopta un enfoque más suave.
“Estamos centrados en proporcionar información electoral fiable y combatir la desinformación en todos los idiomas”, explicó Meta -propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp- en un comunicado sobre sus planes electorales.
El espectro de la violencia amenaza las elecciones desde el inicio de las primeras campañas. Decenas de candidatos a cargos menores fueron asesinados o secuestrados por grupos criminales. Los cárteles sembraron el terror antes de las elecciones disparando en mítines, quemando papeletas e impidiendo la instalación de centros de votación.
Según Calderón, esta fue la elección más violenta en México desde que comenzaron a monitorear las elecciones.