En junio de 2018, México fue elegido como sede del Mundial junto con Estados Unidos y Canadá. El anuncio se hizo en vísperas del Mundial de Qatar 2022, donde México no logró clasificar a octavos de final por primera vez desde 1978.

La decisión de ser sede del Mundial tampoco fue una sorpresa, pues el rival anfitrión fue Marruecos y fue derrotado 134 a 65. En definitiva, México ya sabía muy bien que ganaría la sede para acompañar a Canadá y Estados Unidos en el 2026. Copa Mundial.

Hubo mucho tiempo para prepararse, pero hoy, a dos veranos del Mundial 2026, la selección mexicana no clasificó a la segunda fase de la Copa América, el torneo más importante donde México podría competir antes del Mundial.

La selección mexicana ha tenido cuatro grandes fracasos en los últimos dos años: no clasificar a la segunda fase de Qatar 2022, no ganar la Liga de Naciones ante Estados Unidos en dos ocasiones (2023 y 2024) y fracasar en la Copa América 2024.

Desde el anuncio del Mundial 2026, México pierde cuatro años en un proceso con Gerardo Martino que poco produjo, y otro medio año con Diego Cocca, bicampeón con Atlas y despedido tras la derrota ante Estados Unidos en 2023. Naciones.

Lozano, con muy poca experiencia a nivel de clubes con Querétaro y Necaxa, y buena relación con seleccionados debido a su paso por el combinado olímpico, fue elegido como técnico interino, aunque él y su cuerpo técnico no eran los más preparados para gestionar el equipo mexicano. Se puede decir que Lozano tuvo dos triunfos ligeros, la medalla de bronce olímpica en 2021 y la Copa Oro 2023, pero nada se compara con tener la presión de la selección mexicana, conocida más por su ambiente tóxico que por sus éxitos deportivos.

Desde que Juan Carlos Osorio se fue de México en 2018, la selección mexicana ganó la Copa Oro con Martino en 2019 y, luego de eso, México vivió un clima de crisis. No podemos olvidar tampoco que bajo el mando del propio Osorio, México tampoco tuvo un buen desempeño en la Copa América Centenario 2016 y en 2014 estuvo al borde de no ir al Mundial.

Fanático mexicano durante el empate 0-0 con Ecuador en el Grupo B de la Copa América, el domingo 30 de junio de 2024, en Glendale, Arizona. (Foto AP/Matt York)

(Matt York/Associated Press)

El principal problema de México en los últimos 30 años es la falta de planificación deportiva, pues es necesaria para tener mayores posibilidades de éxito en la selección nacional.

Para empezar, un equipo de fútbol depende de la calidad de sus jugadores. Países como Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay, los mejores equipos de la Copa América, son países cuyo fútbol y modelo de negocio es enviar jugadores al exterior. Sus jugadores emigran por decenas a Europa y varios de ellos son protagonistas en los principales equipos del Viejo Continente y en ligas de calidad.

En México, el modelo de negocio de los principales equipos del fútbol, ​​América, Cruz Azul, Monterrey y Tigres, tiene como prioridad ganar campeonatos, cueste lo que cueste, contratando extranjeros en los banquillos y en la cancha. En México, los jugadores extranjeros se clasifican como México Entrenado y México No Entrenado. Actualmente en México se permiten nueve jugadores registrados no entrenados, de los cuales siete pueden jugar en un partido al mismo tiempo.

El entrenador de México, Jaime Lozano, izquierda, da instrucciones.

El entrenador de México, Jaime Lozano, izquierda, da instrucciones a Erick Sánchez durante un partido de fútbol del Grupo B de la Copa América contra Ecuador en Glendale, Arizona, el domingo 30 de junio de 2024. (Foto AP/Rick Scuteri)

(Rick Scuteri/Prensa Asociada)

La cantidad de jugadores extranjeros en México tampoco es garantía de calidad, pero son más baratos que los sobrevalorados jugadores mexicanos. Es decir, para un técnico que quiere ganar campeonatos le resulta más práctico y económico comprar cuatro jugadores sudamericanos que uno mexicano, por lo que también le conviene defender reglas de la Liga MX que faciliten la llegada de más jugadores. extranjeros a México. Este sistema significó que los equipos “grandes”, que antes producían jugadores mexicanos de calidad y ganaban títulos, como Pumas y Chivas, dejaron de producir jugadores de fútbol excepcionales, y mucho menos de ganar títulos.

Según un estudio realizado por Mediotiempo, en el último torneo se inscribieron 160 futbolistas extranjeros, de los cuales el 45,6% jugó menos de la mitad de los minutos disponibles en el torneo regular. Alrededor de tres de cada nueve jugadores extranjeros fueron fundamentales en los minutos disputados por sus equipos.

Con siete jugadores extranjeros en cancha por equipo, y varios jugadores mexicanos de baja calidad para jugar en la selección mexicana, además de muy pocos mexicanos jugando en Europa, es matemáticamente imposible formar un buen equipo, ya sea bajo el mando de Osorio, Martino, Cocca o Lozano.

A todo esto se suma la falta de competitividad, al eliminar el ascenso y descenso en México y la ausencia de torneos de clubes y selecciones que ofrezcan mucha experiencia, como la Copa Libertadores y la Copa América.

En cambio, los dueños de los equipos mexicanos tomaron la decisión de buscar más dólares en la Unión Americana, donde ya tienen un rentable negocio amistoso con la selección mexicana, y apoyaron proyectos enfocados a obtener grandes beneficios monetarios como la Copa das Leagues y la innecesaria Liga de Naciones. Tanto foco en el aspecto empresarial durante muchos años ha desviado las miradas del aspecto deportivo y algo que a nadie parece importarle.

Tras el fracaso de la Liga de Naciones en 2023, se estableció un cargo de Presidente Ejecutivo de la Federación Mexicana de Fútbol, ​​así como un Comisionado, quien tendría la autoridad para cambiar varios aspectos del sistema del fútbol mexicano, pero que poco podría hacer al respecto. la cara del poder real que tienen los dueños de equipos. Es necesario aclarar que muchos de estos dueños tampoco son mejores amigos y algunos saben hacer negocios, pero no son gente de fútbol.

Al elegir a Lozano como entrenador en 2023 luego de ganar la Copa Oro, parece que fue una decisión basada en ese momento de emoción y no en los méritos de Jaime como entrenador. Desde la llegada de Lozano a la selección, la FMF ha utilizado varios términos cuestionables para este proceso como “transición”, “renovación” y “empoderamiento” cuando en realidad no existe materia prima para llevar a cabo esta renovación de manera orgánica, ni estos procesos se llevan a cabo. Parece tener la aprobación de todos los dueños del equipo.

A dos años del Mundial y tras abandonar la Copa América tras tres partidos en los que un gol fue marcado y otro aceptado, la FMF debe decidir si morir con su suerte y buscar un proceso que se extienda más allá del Mundial de 2026, informaron los aficionados. y las federaciones deben ser honestas consigo mismas y aceptar que no importa lo que hagan, no producirán futbolistas excepcionales en los próximos dos años. Lo que tienen es lo que tendrán en 2026. Jugadores como Marcelo Flores, que no jugó ni un minuto en la Copa América, o Santi Giménez no llevarán a México a ser finalista del Mundial.

Lo único que le queda a la selección mexicana es evitar hacer el ridículo en dos años y repensar si el proceso a largo plazo, más allá de 2026, debe quedarse con Lozano o no.

“Voy a hacer un informe, no tengo esa decisión”, dijo Lozano tras la eliminación en Glendale. “Vimos jugadores que no siempre fueron titulares. “Estos jugadores me dejaron un buen sabor de boca, en dos años pueden tener un crecimiento importante y sobre todo tener un crecimiento importante”.

Lozano destacó que en el proceso el equipo mejoró defensivamente, aunque encajó tres goles contra Brasil y cuatro contra Uruguay en amistosos previos a la Copa América y solo uno en el torneo. Sin embargo, también marcó sólo un gol en tres partidos.

“Tenemos que estar convencidos de que así es si queremos cosas diferentes”, afirmó Lozano, quien para defender su proceso dijo que su equipo intenta tener una identidad y un estilo de juego.

Dulio Davino, director deportivo de los equipos, quiso ir a la rueda de prensa con Lozano, pero por normativa de la Conmebol no fue autorizado. En la zona mixta de Arizona confirmó a Lozano como director técnico de México.

“Los jóvenes que no participaron participaron”, dijo Davino. “Este Mundial nos duele, pero hay cosas muy positivas. El objetivo de clasificación no se logró, pero se lograron otras cosas y tenemos que aprovechar eso”.

Según la historia, muy pronto Lozano ya no será entrenador de la selección y se buscará un “bombero” para el Mundial 2026, ya sea Javier Aguirre, Guillermo Almada o André Jardine. La historia también dice que no importa quién sea el técnico cuando no se tiene la materia prima, ni un proceso para formar esa materia prima.

México, como muchas selecciones en el mundo, tiene muchos problemas y no existe una solución única para poder armar un equipo que gane torneos. En el caso de México los problemas son muchos porque tienen raíces profundas y son estructurales, pero la solución muchas veces es la más sencilla y en el caso de la selección mexicana el problema radica en la falta de oportunidades para los futbolistas mexicanos y la cantidad de extranjeros en la Liga MX, así como la ausencia de una vía de desarrollo para que los jugadores mexicanos emigren a Europa.

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