A menos de un mes de las elecciones en Venezuela y con la tensión política en aumento, la brillante actuación de la selección nacional en la Copa América de fútbol generó una nueva ola de esperanza entre los venezolanos dentro y fuera del país.

La Vinotinto -como se conoce al equipo- completó la primera fase del torneo en Estados Unidos con un total de victorias sin precedentes, emulando lo hecho por las potencias Argentina y Uruguay.

Esta es la primera vez desde que comenzó el torneo en 1967 que terminan primeros del grupo. Bajo el liderazgo del técnico argentino Fernando Batista, Venezuela se enfrentará a Canadá en cuartos de final el viernes.

Venezuela, la única selección sudamericana que nunca se ha clasificado a un Mundial de primera división, ha dejado atrás el eterno cartel de los más débiles de Sudamérica al mismo tiempo que llena las calles de alegría y esperanza para millones de personas.

En un país asolado durante años por una grave crisis económica y social, que desencadenó una migración masiva, el fútbol ha sido un oasis de reencuentro, que en ocasiones salva divisiones políticas y eleva la moral.

En las tres fechas del Grupo B, cientos de personas de toda Caracas asistieron a la Plaza de Las Mercedes, un próspero barrio del oriente de la capital donde una pantalla gigante muestra los partidos del torneo.

Javier Ledezma, de 22 años, fue a ver el partido contra Ecuador el primer fin de semana del torneo y explotó de alegría cuando el equipo remontó en el segundo tiempo para ganar 2-1.

Ledezma sueña con ver a la selección en el Mundial, un sueño de todo aficionado al fútbol en Venezuela.

“Vine aquí por amor a la Vinotinto”, dijo Ledezma. “Si nos clasificamos para el Mundial me tatuaré el nuevo escudo del equipo”, presentó recientemente como parte de la renovación del equipo.

Venezuela siguió ganando, venciendo a México 1-0 y luego a Jamaica 3-0.

Estas victorias son un consuelo para muchos venezolanos afectados por las dificultades de larga data del país y las crecientes tensiones antes de las elecciones presidenciales del 28 de julio.

La Vinotinto encendió la esperanza de los venezolanos, sin distinción social.

No todo el mundo tiene recursos suficientes para viajar al oriente de Caracas a ver los partidos, pero en esta situación un televisor en la puerta es una buena alternativa.

Andrés Osuna, un estudiante de 23 años, dijo que su familia y vecinos se reunieron en el barrio obrero de Catia -uno de los más poblados de América Latina- para ver el partido contra México.

Junto con su madre, decidió comprar un televisor y colocarlo fuera de su casa, donde suelen vender cerveza y comida a los vecinos.

Mientras luchaban con la señal inestable, interrumpiendo la transmisión en momentos importantes del partido, el grupo aplaudió de alegría cuando Salomón Rondón anotó un gol de penal. Pero el mayor grito al unísono se produjo cuando el portero Rafael Romo detuvo un penal cerca del final.

De salir victorioso en cuartos de final, Venezuela repetiría su mejor actuación, las semifinales de 2011, que quedó eliminada tras perder en penales ante Paraguay.

Los resultados del equipo han mejorado desde la edición de 2007 de la Copa América. En sus 13 partidos anteriores, sólo había ganado uno, y fue en su primera aparición, venciendo a Bolivia por 3-0.

A diferencia de antaño, la mayor parte del equipo juega en clubes extranjeros, algo impensable en el siglo pasado, cuando los entrenadores tenían pocas opciones para completar una plantilla con condiciones suficientes para competir a nivel internacional.

El béisbol es el deporte número uno del país, pero ahora es el turno del béisbol, con más gente seducida por los resultados positivos de un equipo cuya camiseta bien puede ser el único punto en común en estos días.

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