El reemplazo del propulsor de la Voyager 1 garantiza la operación continua de la vieja nave espacial en el espacio interestelar

La Voyager 1, el objeto creado por el hombre más alejado de la Tierra, se sometió recientemente a ajustes críticos en su sistema de propulsión mientras exploraba las vastas extensiones del espacio interestelar. A pesar de haber estado en funcionamiento durante 47 años, la nave espacial requirió reparaciones inteligentes para mantener su alineación y continuar enviando datos valiosos a la Tierra.

Problemas con el propulsor de la Voyager 1

La Voyager 1, lanzada en 1977, enfrentó dificultades con sus propulsores, que eran fundamentales para mantener la nave espacial orientada correctamente. El problema surgió de un problema de bloqueo del tubo de combustible, un problema que se sabe ha afectado a la nave espacial durante más de dos décadas. Las naves espaciales envejecidas, que dependen de suministros de energía cada vez más escasos, requieren un cambio estratégico a un conjunto diferente de propulsores para evitar posibles pérdidas de comunicaciones.

Reparación compleja

Debido a la avanzada edad de la nave espacial y su reducida potencia, los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA tuvieron que abordar este problema con extrema precaución. El equipo decidió reutilizar una de las ramas de propulsión de la Voyager 1, que había estado inactiva debido al clima frío y graves limitaciones de energía.

A DIRECCIÓN Para ello, activan brevemente el calentador para calentar el émbolo antes de encenderlo. Estas maniobras son importantes para garantizar que la nave espacial permanezca correctamente orientada y capaz de transmitir datos.

Misiones Voyager en curso

La Voyager 1, junto con su gemela Voyager 2, se lanzaron originalmente para explorar los confines del sistema solar. Con el tiempo, estas dos sondas espaciales han proporcionado información invaluable sobre planetas distantes y el espacio fuera de nuestro sistema solar. A pesar de los obstáculos técnicos, la Voyager 1 continúa transmitiendo datos y se espera que permanezca operativa al menos hasta el 50 aniversario de la misión en 2027.

Perspectivas futuras

Los ingenieros del JPL están comprometidos a mantener la funcionalidad de la nave espacial durante el mayor tiempo posible. Los ajustes recientes demuestran el continuo ingenio necesario para gestionar y extender la vida de esta misión histórica. A medida que la Voyager 1 se adentre más en el espacio interestelar, su capacidad para adaptarse a nuevos desafíos seguirá siendo un testimonio de la durabilidad y resistencia de la exploración espacial humana.

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