Roberto Assaf: Peñarol, por supuesto, noqueó al Flamengo de Tite

A pesar de mostrar un fútbol mediocre, Peñarol mantuvo el marcador 0-0. Fla fue castigado por su error




Foto: Reproducción Disney+ – Pie de foto: Peñarol noquea a Flamengo en Libertadores / Jogada10

Los dioses del fútbol castigaron al Flamengo. Ni ahora, después de tantos errores a lo largo de la temporada, dejarían que los cariocas marcaran un pequeño gol que desembocara -al menos- en la tanda de penaltis. A pesar de mostrar un fútbol mediocre, Peñarol mantuvo el marcador, mientras los rivales se movían de un lado a otro, sin prácticamente amenazar la clasificación de Uruguay. Eliminación lógica en Libertadores, como se explica en la secuencia del texto.

El club tiene la mayor afición de Brasil, una tradición de victorias y títulos en Río, a nivel nacional, continental e incluso mundial. Tienen un presupuesto enorme y un plantel que es considerado -quizás- el mejor de Sudamérica. Sin embargo, en el fútbol, ​​principal razón de su existencia, son gestionados por un Comité Técnico que nunca consigue que el equipo juegue. Y forjó, a base de terquedad, presunción e incompetencia, algunos de los bochornos que harán que Rubro-Negro –con la excepción del Campeonato Estatal de este año– cierre el 2023-2024 sin logros relevantes.

De hecho, lo que se ha dicho estos últimos meses ha desgastado a todos. Sin embargo, hay que subrayar una vez más que la mayor responsabilidad recae en el grupo que dirige el club. Carece de la visión, la percepción o el interés para impulsar un cambio importante, aunque los resultados indiquen una necesidad urgente. En la práctica, si todos experimentan pérdidas, las mayores pérdidas recaerán en los gerentes. Después de todo, aunque mantienen el equilibrio financiero, no logran gestionar todo dentro y fuera del campo. Debido a esto, se vieron obligados a renunciar a sus cargos después de las elecciones que tendrán lugar dentro de dos meses. Al fin y al cabo, son los resultados futbolísticos los que determinan el ganador de las elecciones.

Ataque flamenco

La postura ofensiva del Flamengo es necesaria, aunque rara vez ocurre en los partidos fuera de casa. Sin embargo, esto no fue suficiente para crear oportunidades de gol efectivas, hasta que la primera mitad terminó 0-0. Lo que sorprendió aún más fue el juego controlado de Peñarol. El uruguayo ideó un plan para defender el 1-0 conseguido en el Maracaná. No es exagerado decir que el equipo tiene posibilidades de tener mala suerte, porque si es atacado, el equipo de Río de Janeiro siempre se convierte en una tragedia. Lo que vimos entonces fue un duelo entre un oponente cobarde y curioso, que mantenía a su afición alerta, sin poder para ejercer presión, y otro oponente, que a pesar de la situación, no daba miedo. Cuando se anunció la pausa, lo único que quedaba era mucho trabajo para que la televisión editara los llamados mejores momentos.

¿Y Peñarol no está de nuevo en la recta final? El problema fue que el error CT de Tite empezó cuando defendió a los laterales -sobre todo al marcador- y a Plata, que estaba a punto de ser expulsado. Destaca también la permanencia de Gabriel en el banquillo, una insistencia totalmente descabellada. Es difícil entender las razones por las que la selección uruguaya jugó -como lo hizo en Río- por el balón.

Nerviosismo y eliminación.

Diez minutos después, cuando Flamengo empezaba a perder intensidad, el técnico finalmente dio entrada a Wesley y Gabriel. Pero el equipo cosió mucho y no generó oportunidades, lo que hizo que Peñarol aumentara cada vez más el ritmo, agotando el tiempo, lo que hizo sin dificultad, tanto que poco a poco fue tomando coraje para marcar el gol que terminó. fósforo. La afición de Aurinegra se despertó y el equipo de Río empezó a tropezar en la necesidad de ganar, entregando muchas veces el partido al rival.

Es interesante notar cómo Tite siempre escribe en cursiva, incluso cuando busca la correcta. Pues una sustitución desequilibró a Rubro-Negro, que, media hora después, se desesperó. Sin embargo, Ayrton Lucas pisó el terreno de juego. La selección uruguaya sólo necesitaba capitalizar el nerviosismo ya visible de la población local en ese momento.

Peñarol cambió de delantero, lo que podría darle ventaja, y Flamengo ya no sabe cómo enfrentarse a la defensa local. Al 37, David Luiz y Matheus Gonçalves saltaron al campo y la magia permaneció. A los 40, De La Cruz, desmarcado, de cara al arco, disparó un tiro valorado en 80 millones, todo en el estadio. Arrascaeta, al poco tiempo, decidió imitarlo. Y el presidente Tite –y sus asesores– dieron otro paso para derrocar al banco.

Lo peor es que, aunque parezca increíble, esto sólo sucederá después de quedar eliminado en la Copa de Brasil, en la Zona Este de São Paulo.

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