El nuevo presidente de México promete retomar la lucha contra el cambio climático

En sus primeras palabras como presidenta de México, Claudia Sheinbaum marcó una diferencia en su postura sobre los combustibles fósiles respecto a la estrategia impulsada durante los últimos seis años por su antecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador, y prometió retomar la transición energética del país.

“Vamos a impulsar las energías renovables, el objetivo es que tenga una participación del 45% (de la generación eléctrica total) al 2030”, dijo el martes al mencionar el tema del cambio climático en su primer discurso multitudinario en el Zócalo. la plaza principal de la capital, poco después de convertirse en la primera mujer presidenta del país.

Aunque aún no se conocen muchos detalles, sus palabras contrastan con la política energética de López Obrador, un acérrimo defensor del petróleo que, entre otras cosas, dedicó más de 20 mil millones de dólares a la construcción de una nueva refinería y detuvo las subastas de petróleo que habían permitido la expansión. de plantas solares y eólicas en el país.

La mandataria, con formación científica en temas de energía y cambio climático, dijo que próximamente revelará su Plan Energético Nacional, un “ambicioso programa de transición energética” que buscará “reducir los gases de efecto invernadero que provocan los cambios climáticos”.

Sin embargo, Sheinbaum también prometió fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, cuyas envejecidas plantas funcionan principalmente con combustibles fósiles, y a la petrolera estatal Pemex.

A la espera de sus planes, expertos y ambientalistas destacan el cambio significativo en la retórica proveniente de la presidencia.

“El término sustentabilidad o energía renovable realmente nunca aparece” en la política de López Obrador, dice Rosanety Barrios, quien trabajó durante más de una década en la Comisión Reguladora de Energía. “No utiliza el término en ningún discurso, en ningún documento. Y lo usa con todos.

Esta no es la primera vez que Sheinbaum habla de impulsar las energías renovables.

Durante su campaña prometió que la energía limpia cubriría la creciente demanda energética del país, provocada en gran medida por el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático. En su discurso de toma de posesión en el Congreso, también el pasado martes y con López Obrador sentado a sólo unos pasos de ella, las promesas parecieron volverse más tangibles.

El objetivo de alcanzar un 45% de energía renovable en 2030, ligeramente superior al propuesto en la campaña, está muy por encima del 24% que representó el año pasado, según el Ministerio de Energía. Si se logra, México volverá a encaminarse hacia el logro de los objetivos del Acuerdo de París, que busca mantener la temperatura promedio global por debajo de los dos grados Celsius en comparación con los niveles preindustriales.

Hasta ahora, las políticas energéticas impulsadas por López Obrador han llevado al consorcio científico internacional Climate Action Tracker, que evalúa las medidas tomadas por los países para cumplir con el Acuerdo de París, a rebajar la calificación de México a “críticamente insuficiente”.

En su discurso ante el Congreso, la presidenta también anunció un límite sin precedentes a la producción de petróleo del país de 1,8 millones de barriles por día. Todo el petróleo producido en México es responsabilidad de la petrolera estatal Pemex, que cerró 2023 con una producción de 1,8 millones. La cifra está muy por debajo de los 2,6 millones que López Obrador había prometido al inicio de su mandato.

Sheinbaum recordó que, hace más de una década, la reforma energética de 2013 impulsada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto planteaba una producción de 3 millones de barriles diarios. “Eso es ambientalmente imposible”, dijo. “Es mejor promover la eficiencia y las fuentes renovables”. Pero, al mismo tiempo, la mandataria reiteró su compromiso de “fortalecer a Pemex” y nunca criticó la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, que visitó varias veces junto a su antecesor.

Los expertos dicen que México no podría aumentar la producción de petróleo incluso si quisiera con las técnicas actuales, ya que la disponibilidad de petróleo crudo se está agotando. Adrián Fernández, doctorado en ciencias ambientales del Imperial College de Londres y director ejecutivo del think tank Mexico Climate Initiative, dice que al país “aún le quedan diez años de petróleo al ritmo actual de exploración, que es modesto. Casi no queda petróleo”.

Pero Fernández sigue celebrando el límite anunciado por la presidenta, “porque significa que no buscará aumentar la producción petrolera”, para lo cual México tendría que invertir “millones y millones” en otro tipo de técnicas, como el polémico fracking. . hidráulica (fracking) o exploración en aguas profundas.

Fernández afirma que las medidas anunciadas por Sheinbaum hasta el momento son “completamente acordes con su experiencia y conocimiento”. El presidente es licenciado en física, doctorado en ingeniería energética y formó parte del panel de expertos en cambio climático de Naciones Unidas que ganó el Premio Nobel en 2007.

Esta misma semana, Sheinbaum vio de primera mano la destrucción que está provocando el cambio climático en México.

El miércoles, en su primer viaje como presidenta del país, Sheinbaum visitó Acapulco, en el sureño estado de Guerrero, para evaluar los daños causados ​​por el huracán John. La tormenta dejó un rastro de devastación mientras la ciudad aún se recuperaba del catastrófico huracán Otis. La magnitud de ambos se ha visto amplificada por el aumento de la temperatura del océano debido al calentamiento global.

Pero la gran incógnita es si el nuevo presidente podrá promover las energías renovables dentro del marco legal existente. Antes de dejar el cargo, López Obrador impulsó una reforma constitucional para darle un “papel preponderante” en la generación de electricidad en el país a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Por un lado, el presidente apoyó esta reforma constitucional y se comprometió a que el Estado controle el 54% de la producción eléctrica. Pero, por otro lado, garantizó que permitirá la inversión privada para el desarrollo de energías renovables, la cual fue desalentada durante el mandato de López Obrador con reglas que, aún hoy, favorecen a las plantas de la estatal CFE.

“Desde mi punto de vista, el mayor problema que tiene Claudia es la inseguridad jurídica”, afirma Barrios.

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