Roberto Assaf: Con Filipe Luís, el estado de ánimo del Flamengo es diferente

Fla, ante Bahía, nuevamente no supo aprovechar el espacio de maniobra que tenía y las oportunidades que generó. Pero ganó bien

Flamengo volvió a hacer un buen partido, venciendo a Bahía por 2-0. Pero como en años anteriores, y de hecho en otros años, este año no supieron aprovechar el espacio que tenían para maniobrar y las oportunidades que generaron. Esto genera incertidumbre hasta el cierre. También hay que tener en cuenta la mala actuación del Bahía, que fue criticado por sus aficionados durante al menos 70 minutos. Con la derrota del São Paulo por 2-0 ante Cuiabá, el club de Gávea mantuvo la posibilidad de ganar un lugar en la Libertadores vía Brasileiro.

Flamengo se obligó

Hubo equilibrio en los primeros 15 minutos del primer tiempo. Pero poco a poco Bahía cedió ante la constante presión del Flamengo. Este empezó a ser dominado, permitiendo al equipo visitante crear oportunidades. Hasta que abrió el marcador en el minuto 35, aprovechando un rebote de Marcos Felipe, tras remate de Bruno Henrique.

El equipo local sólo tuvo una oportunidad, a través de Thaciano que se quedó solo en un área pequeña, pero aun así supo dar pelea. Y Flamengo, como siempre, se sobrecostió, de lo contrario podría haber decidido incluso el partido antes del descanso. Curiosamente, Bahía no hizo ningún cambio en la segunda fase. De esta forma, Rogério Ceni habría apostado por cambiar la postura de su equipo, que en varias ocasiones siguió pasivamente los toques de balón del rival.

Sin embargo, en la realidad todo sigue igual porque el equipo local no puede escapar de la defensa. Flamengo controló el partido. Pero el problema es que la puntuación no cambia. Rubro-Negro no detuvo el juego. En el minuto 15, Bahía intentó reaccionar, hizo un cambio y Filipe Luís lanzó a Alcaraz en lugar de De La Cruz, que olvidó un buen detalle en su casillero del vestuario de River Plate.

Este fue uno de esos duelos en los que la afición esperaba el gol que resolvería el enfrentamiento, pero los equipos repetidamente no lograban resolverlo, y poco a poco surgió el temor de que ocurriera lo contrario, es decir, el gol del oponente. Inmortales, que no lo hagan, tómenlo.

El ánimo, con Filipe Luís, cambió

Flamengo hizo un gran movimiento, la afición local abucheó a su equipo y un cambio de entrenador, pero las cosas siguieron igual, arrastrando las emociones hasta el final, ya que el equipo carioca perdió consistencia con los cambios y ya no mostró intensidad.

Y cuando todos pensaban que él, Allan, había sido olvidado, la criatura regresó reemplazando a Arrascaeta, vagando por el medio, como un extraño en un nido, pero recibiendo una tarjeta amarilla sin tocar el balón. En el tiempo añadido, Alcaraz, que también dejó lejos el balón -esta vez en Turín- estuvo a punto de marcar. Luego de eso, Luciano Juba, que quedó libre, se fue. Como se suele decir, las emociones llegan a su fin.

En el minuto 54 o 99, Santi Arias le echó la mano al rostro a Michael y, además del penalti, el árbitro expulsó al lateral colombiano. El argentino Alcaraz, que lideraba el ataque, disparó potente y cerró el marcador: 2-0.

Sin embargo, no hay duda de que el estado de ánimo de Filipe Luis es muy distinto.




Foto: Gilvan de Souza / CRF – Pie de foto: Filipe Luís lleva al Flamengo a otra gran victoria / Jogada10

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