Cuba sufre un gran apagón tras la desconexión total del sistema energético

El sistema eléctrico de Cuba colapsó este viernes por la falla de una de las mayores termoeléctricas de la isla, horas después del mayor corte de energía que afectó a la mitad de la población, y sin certeza sobre cuándo será restablecido por completo. el servicio.

El Ministerio de Energía y Minas informó en un mensaje sobre Guiteras, en la provincia de Matanzas.

A las ocho de la noche, un reporte oficial indicó que algunas zonas de todas las provincias ya contaban con el servicio, mientras varios municipios de la capital comenzaron a ser iluminados. Pero no se especificó el tiempo previsto para normalizar el sistema.

Varias mujeres pasan tiempo fuera de sus hogares durante el apagón masivo que provocó la falla de una de las plantas termoeléctricas más grandes del país, en La Habana, Cuba, el viernes 18 de octubre de 2024.

(Ramón Espinosa/AP)

La estatal Unión Eléctrica (UNE), que controla el sistema energético nacional, había indicado anteriormente que la energía se estaba distribuyendo a algunas zonas con generadores y que había entrado en funcionamiento una central termoeléctrica a gas.

Múltiples llamadas de Associated Press a las autoridades para aclarar el alcance del apagón o cuántas viviendas afectó quedaron sin respuesta. Además de Guiteras, Cuba cuenta con varias otras plantas y plantas, pero no se sabe si están en funcionamiento o también están paralizadas.

“Desde la dirección del país estamos dedicando prioridad absoluta a la atención y solución de esta contingencia energética tan sensible para la nación. No habrá descanso hasta su restauración”, afirmó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en X.

Un locutor oficial de la televisión cubana dijo en la televisión estatal que el país se quedó “sin una generación” e insistió: “Generación cero”.

La salida de Guiteras se produjo horas después de que la isla sufriera el jueves por la noche el mayor corte de energía en dos años, que dejó a la mitad de la población sin electricidad, lo que obligó a las autoridades a suspender clases y otras actividades.

En las calles de La Habana -donde viven dos millones de personas- el apagón masivo preocupó o enfureció, pero la gente mantuvo sus expectativas, constató AP durante una visita a la ciudad.

“Está aquí desde las 8 de la mañana y son las cinco de la tarde y no hemos visto luz”, dijo angustiado y preocupado a la AP Luis González, un jubilado de 73 años que vive en La Habana Vieja. que esto también complicaría el suministro de la red de gas.

En ocasiones, la falta de energía eléctrica durante largos periodos también provoca la paralización de otros servicios, como el bombeo de agua.

En el Malecón habanero los más jóvenes lo miraban con cierta paciencia.

“Desde ayer mis primos y yo estábamos hablando de querer salir, pero el apagón cambió nuestros planes”, dijo a la AP Sara Paula Hernández, una estudiante de 18 años que tuvo que conformarse con salir a buscar algo. aire a la orilla del río.

En algunos, la ira puede dar paso a la ironía. “Si se va la luz nos podemos duchar en el Malecón, lavarnos como los indios, no pasa nada”, dijo a la AP Yasunay Pérez, ama de casa que vive en el centro de La Habana. “Podemos eliminar todas las (habilidades) de supervivencia”, añadió la mujer.

La UNE informó que el déficit la noche del jueves en hora punta alcanzó los 1.642 megavatios, con una demanda de 3.300 megavatios.

El apagón del jueves fue el peor de una serie, que superó el 40% de la demanda nacional, que se viene produciendo desde septiembre y que culminó con el colapso del viernes.

Provocó también una comparecencia especial del presidente del Gobierno, Manuel Marrero Cruz, en la madrugada del viernes, ante el derrumbe provocado por la salida de la fábrica de Guiteras. “La situación ha empeorado en los últimos días”, reconoció Marrero ante las cámaras de televisión nacional. “Es necesario decir con total transparencia… (que) hemos paralizado las actividades económicas para garantizar energía a la población”.

Durante la presentación, Marrero estuvo acompañado por el director de la UNE, Alfredo López, quien explicó las dificultades para generar electricidad: desde averías en antiguas termoeléctricas que no reciben mantenimiento, hasta la falta de combustible para hacer funcionar algunos generadores y el aumento de la demanda en el sector residencial.

La falta de reparaciones y la escasez de combustible están relacionadas con la crisis económica que atraviesa Cuba en los últimos cuatro años y que llevó a una caída del Producto Interno Bruto del 2 % en 2023, impactando el suministro de alimentos, medicinas y combustible.

Las denuncias por la falta de electricidad han generado protestas en otras ocasiones, como las ocurridas en julio de 2021 -que dejaron un muerto-, en octubre de 2022 y marzo de 2024.

Marrero y López indicaron que se están tomando medidas para controlar el déficit energético, como el cierre de centros de trabajo -el Estado es el mayor empleador de la isla-, la activación de grupos de empleados en los municipios para controlar el consumo y el fomento del teletrabajo. .

También se estudian cambios en las tarifas eléctricas que pagan las pequeñas y medianas empresas, que comenzaron a autorizarse en 2021 y han crecido rápidamente.

Entre otras medidas también indicadas por la UNE se encuentran la suspensión de servicios no vitales que generan costos energéticos como actividades culturales y el cierre de discotecas y centros recreativos donde haya grandes concentraciones de personas.

Los meses de verano y hasta noviembre suelen presentar una alta demanda de electricidad en Cuba, que se agudiza en las tardes y noches, cuando las familias aprovechan la corriente para cocinar los alimentos.

Las redes sociales reaccionaron con fuerza y ​​decenas de personas se quejaron el viernes tanto de los apagones como de la aparición de los empleados.

“Muchas charlas (discursos), ninguna solución real e inmediata, lamentablemente para el pueblo cubano”, dijo el usuario Eduardo Díaz Melvin en la propia página de Facebook de la UNE.

La usuaria Mirtha Altuve, de la provincia de Camagüey, dijo que entre jueves y viernes en su barrio de Boyeros hubo solo cuatro horas de electricidad. “¿Hasta cuándo resistiremos?”, preguntó en Facebook.

Se trata del peor apagón de los últimos dos años en los que estos recortes se han incrementado, en el marco de una crisis que se ha agravado en los últimos cuatro. En 2024, el déficit eléctrico incluso comenzó a agravarse con días con cortes de servicio del 30 y 40 por ciento.

En 2022, tras el paso del huracán Ian de categoría 3 que azotó el oeste de la isla, se informó de una desconexión masiva a nivel nacional como esta.

Los meses de verano y hasta noviembre suelen registrar una alta demanda de electricidad en Cuba, que se agudiza en las tardes y noches, cuando las familias también aprovechan la corriente para cocinar los alimentos. Además, el directivo López indicó que hubo un aumento en el consumo también en las primeras horas de la mañana debido a la introducción de nuevas unidades de aire acondicionado este año.

Como parte de sus problemas energéticos, Cuba también ha tenido que implementar recientemente cortes de energía programados basados ​​en un calendario que informa a la población cuándo se cortará el servicio eléctrico, pero estos esquemas están quedando obsoletos.

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