Querida Abby: Mi madre de 98 años nunca sabe nada de sus ocho nietos.

QUERIDA ABBY: Mi madre, de 98 años, ha pasado los últimos ocho años en un asilo de ancianos. Cuando su salud se deterioró hasta el punto que mis hermanos y yo lo colocamos donde ya no era seguro para él vivir solo. Su mente es aguda, pero le cuesta moverse y cuidarse. Ha hecho amigos allí y todos lo quieren.

Vivo a 65 millas de distancia y hablo con él cada dos semanas. Mi hermano vive a unas horas de distancia y trata de verla cada seis u ocho semanas. Mis hermanas viven más cerca y visitan a menudo a mi madre. Mamá disfruta de estas visitas.

El problema son ocho nietos. La mayoría de ellos viven en el barrio y están demasiado ocupados o dicen que no soportan visitar a la abuela “en casa”. Los que viven más lejos nunca llaman. Mis hermanas y yo intentamos dejar pistas sutiles y decirles lo que significaba la visita para ella, pero fue en vano. Mi preocupación es que algún día se den cuenta del error que cometieron al no visitarlo mientras él puede continuar teniendo una conversación significativa.

La madre nunca se queja, pero dijo que quiere ver o escuchar más de sus familiares. ¿Por qué la gente siempre tiene tiempo para ir a los funerales pero nunca se toma el tiempo para ver a esa persona especial mientras está viva? Espero que mi carta convenza a alguien de encontrar tiempo en su apretada agenda para visitar a alguien en un asilo de ancianos. — CHICA EN ROCHESTER, NY

QUERIDA HIJA: Eres una niña cariñosa. También espero que su carta sea un recordatorio oportuno de que el momento de hacerse amigo de las personas es cuando respiran. Sospecho que muchas personas evitan los hogares de ancianos y los centros de atención porque los encuentran deprimentes. Sin embargo, a menos que el paciente/residente esté demasiado frágil para ser trasladado, nada impide que un hijo, hija o nieto lleve a un familiar a almorzar, cenar o cenar.

La próxima vez que visites a tu madre, lleva contigo a uno o más de tus hijos. Esto reduce la responsabilidad de la conversación para ellos y, si puedes sacar a tu mamá, un cambio de escenario puede beneficiar a todos.

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Dear Abby fue escrita por Abigail Van Buren, más conocida como Jean Phillips, y fundada por su madre, Pauline Phillips. Contacto Querida Abby www.DearAbby.com o PO Box 69440, Los Ángeles, CA 90069.

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