Nos Quartet finalmente tocó en Los Ángeles y la celebración fue inevitable

Cuarenta años de existencia. Casi veinte álbumes grabados. Una carrera ampliamente reconocida cuyo alcance va mucho más allá de los límites del territorio uruguayo donde se desarrolló. Y sin embargo, El Cuarteto de Nos, que es el que tiene todas estas virtudes, nunca había actuado en Los Ángeles, lugar que sigue siendo fundamental en el desarrollo del llamado Rock en español.

Afortunadamente, la maldición acaba de romperse, pues, esta semana, el grupo montevideano (que se presenta en vivo como quinteto) finalmente llegó al escenario Belasco, ubicado en el centro de la ciudad, para ofrecer un concierto que no se encontró completamente lleno ( a diferencia de lo ocurrido en Nueva York, donde el aforo agotado del primer espectáculo propició un segundo), pero que no dejó de ser histórico y generó un evidente entusiasmo en todos los que allí se dieron cita.

Como nos contaba recientemente el vocalista y guitarrista Roberto Musso en una entrevista ya olvidada, pero que ahora recuperamos, hacer esto en el sur de California era un sueño largamente acariciado, hasta el punto de que la mini gira americana (originalmente de siete actuaciones) fue planteado alrededor de esta fecha específica.

“Tuvimos que aprovechar, por supuesto, el momento en que visitamos México, por el costo que implica transportar a 14 personas -incluidos nuestros técnicos- de un lugar a otro”, nos dijo el carismático artista. “Dado el interés que teníamos de tocar en Los Ángeles, el productor que nos maneja sugirió extender la gira”.

Experiencia y precisión

Sea como fuere, debemos sentirnos agradecidos de haber visto en vivo a una banda cuyo abanico de influencias -como nos contó el propio Musso- abarca desde Led Zeppelin hasta Eminem, pasando por el folklore sureño uruguayo y el punk rock, pero que resulta inclasificable por la frescura de una propuesta que, además, se presta perfectamente a la exposición pública.

En Belasco, acompañados de una sugerente serie de vídeos animados, los sudamericanos ofrecieron un repertorio que no satisfizo a los fans más exigentes (de nuevo, cuarenta años de carrera y casi veinte álbumes), pero que lograron ofrecer una colección muy amplia. de su carrera, a través de una lista que comenzó con “Flan” (una poderosa canción sobre “falsos líderes” del más reciente disco, “Lámina Once”) y terminó unas dos horas después con “Yendo a la casa de Damián” (la inolvidable canción funky que fue grabada inicialmente para el disco “Raro” de 2006, y que fue nominada al Grammy Latino en la categoría Mejor Canción Rock).

Por supuesto, si se quisiera remontarse mucho más atrás, era razonable quejarse de la absoluta falta de canciones presentes en los primeros 10 (sí, 10) álbumes, cuando El Cuarteto tenía una actitud abiertamente descarada y confrontativa que se fue suavizando con el tiempo. .time, porque el setlist de esta noche (y toda la gira) cubre “sólo” los últimos siete álbumes (lo cual, obviamente, no es poca cosa).

Además de querer evitar el espectro de la cancelación, la formación del setlist tenía sentido dado que este es el período que realmente internacionalizó a un grupo que, hasta entonces, tenía un alcance muy local, pero que ahora reúne en sus shows (incluidos Belasco) dirigido a un público extremadamente joven, pese a que sus integrantes esenciales rondan las seis décadas.

El guitarrista y corista Gustavo Antuña en el show.

El guitarrista y corista Gustavo Antuña en el show.

(Arturo Bengoa)

Astucia y experimentación.

En este sentido, no faltaron composiciones en “Lámina Once”, que es una gran obra y que además conecta con los sentimientos de aislamiento y encierro que sufrieron las nuevas generaciones durante la pandemia, que es precisamente el período en el que fueron compuestas. .

La burla absoluta y la provocación sin censura se habrán hundido en el olvido, pero no la naturaleza profundamente decidida de las letras de Musso, que son cada vez más extensas e inteligentes. Nada como “Chivo scapetorio” (una canción sobre la costumbre de culpar a los demás de los propios males, enmarcada en un estilo típico de ‘stadium rock’) o “El cinturón gris” (protagonizada por un chico dispuesto a todo con el interés de llamar la atención- atrapante y descaradamente orientado al pop fiestero) para conectar creativamente con los tiempos en que vivimos.

Por el lado de la guitarra, no podía faltar “Miguel Scream”, de “Bipolar” (2009) y cercano al espíritu ‘grunge’, pero coronado por un inconfundible rap; No se puede descartar en estos términos “Mario Neta”, extraída de “Jueves” (2019), que comienza como cumbia pero de repente se convierte en punk furioso.

Esta combinación de elementos aparentemente dispares, sumada a la enérgica e inconfundible presencia de un ‘frontman’ que no aparenta su edad, es lo que eleva al Cuarteto a otro nivel y le permite, por ejemplo, generar maravillas como la que acabó siendo el corte más curioso de la noche, “Contrapunto entre humanos y ordenadores” -también de “Quinta-feira”-.

Es una pieza que demuestra el gusto de esta banda por la electrónica (incluso cuenta con un fascinante contrapunto con una voz computarizada), pero al mismo tiempo tiene un ritmo y una interpretación vocal propia de la payada.

Participantes del show de la banda de rock uruguaya.

Participantes del show de la banda de rock uruguaya.

(Arturo Bengoa)

Todo un mundo

Que El Cuarteto -que ahora completan el baterista Alvin Pintos, el guitarrista Gustavo Antuña y el bajista y teclista Santiago Marrero- esté teniendo tanto éxito a estas alturas de su carrera, y que estén produciendo piezas de tan alto nivel, es También es una buena excusa para abandonar las canciones de la primera etapa, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de un grupo que ha pasado por varios cambios de integrantes y no tiene intención de pasar tres horas en el escenario.

“Hay artistas de larga trayectoria que tuvieron su momento y que siguen viviendo de ese momento; No tiene nada de malo, pero siempre hablamos del momento actual”, nos dijo Musso, quien finalizó el concierto de Belasco con pasamontañas. “No sé por qué sucede esto ni quiero saberlo, porque si lo hago, probablemente la magia terminará”.

Depende de nosotros seguir descubriendo una banda que tiene un arsenal digno de escuchar, y que no debe esperar otras cuatro décadas para regresar a nuestras costas a deslumbrarnos con sus sonidos creativos.

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