Los cubanos enfrentan un apagón prolongado y una nueva tormenta tropical

Los apagones generalizados en Cuba llegaron a su cuarto día, cuando el huracán Óscar atravesó la costa este de la isla con fuertes vientos y lluvias.

En Santo Suárez, parte de un populoso barrio al suroeste de La Habana, la gente salió a las calles golpeando ollas y sartenes en protesta el domingo por la noche. Los manifestantes, que también dicen no tener agua, bloquearon la calle con basura.

El ministro de Energía, Vicente de la O Levy, dijo en rueda de prensa que espera que la red eléctrica esté restablecida el lunes o martes por la mañana.

Pero dijo que Oscar, que azotó la costa este el domingo por la noche, traería “un inconveniente adicional” a la recuperación de Cuba, ya que afectará a una “región de fuertes [electricity] En la zona se ubican las principales plantas cubanas, como Felton, en la ciudad de Holguín, y Renté, en Santiago de Cuba.

Posteriormente, Oscar se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical, pero se pronosticó que sus efectos persistirían en la isla hasta el lunes.

A algunos barrios se les restableció la electricidad en la capital de Cuba, hogar de 2 millones de personas, pero la mayor parte de La Habana permaneció a oscuras. El impacto del apagón va más allá de la iluminación, ya que servicios como el suministro de agua también dependen de la electricidad para hacer funcionar las bombas.

La gente recurría a cocinar en estufas de leña improvisadas en las calles antes de que la comida se estropeara en los refrigeradores.

Entre lágrimas, Ylenis de la Caridad Nápoles, madre de una niña de 7 años, dice estar llegando a un punto de “desesperación”.

La falla de la central Antonio Guiteras el viernes, que provocó el colapso de todo el sistema de la isla, fue solo el último de una serie de problemas con la distribución eléctrica en un país donde la electricidad ha sido restringida y rotada a diferentes regiones en diferentes momentos del año. año. día. El estado de las otras centrales eléctricas de Cuba no estaba claro.

La gente hizo cola durante horas el domingo para comprar pan en las pocas panaderías que podían reabrir.

Algunos cubanos, como Rosa Rodríguez, llevan cuatro días sin electricidad.

“Tenemos millones de problemas y ninguno está resuelto”, afirmó Rodríguez. “Tenemos que venir a buscar pan porque la panadería local está cerrada y lo traen de otro lado”.

El apagón fue considerado el peor en Cuba desde que el huracán Ian azotó la isla como tormenta de categoría 3 en 2022 y dañó las instalaciones eléctricas. Al gobierno le tomó días arreglarlos. Este año, algunos hogares pasaron hasta ocho horas al día sin electricidad.

El gobierno de Cuba dijo el sábado que se había restablecido parte de la electricidad. Pero los 500 megavatios de potencia de la red eléctrica de la isla, muy por debajo de los 3 gigavatios habituales que necesita, disminuyeron rápidamente a 370 megavatios.

Incluso en un país acostumbrado a los cortes de energía como parte de una crisis económica cada vez más profunda, el colapso del viernes fue enorme.

El gobierno cubano anunció medidas de emergencia para reducir la demanda eléctrica, incluida la suspensión de clases en escuelas y universidades, el cierre de algunos lugares de trabajo estatales y la cancelación de servicios no esenciales.

Las autoridades locales dijeron que la interrupción se debió al aumento de la demanda de las pequeñas y medianas empresas y de aires acondicionados residenciales. Posteriormente, el apagón se agravó por averías en antiguas termoeléctricas que no recibieron el mantenimiento adecuado y por la falta de combustible para operar algunas instalaciones.

El ministro de energía de Cuba dijo que la red del país estaría en mejores condiciones si no hubiera habido dos apagones parciales más cuando las autoridades intentaron reconectarse el sábado. De la Levy también dijo que México, Colombia, Venezuela y Rusia, entre otras naciones, se han ofrecido a ayudar.

Rodríguez y Durán escriben para Associated Press.

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