Mamá del fútbol impulsada por la pérdida en ‘Evergreen’

El cuarto álbum de la cantautora es su disco más personal hasta la fecha

En “M”, un Canción tintineante y sumamente solitaria de su cuarto álbum como Soccer Mommy, la cantautora de indie rock Sophie Allison suelta una línea que es a la vez desgarradora, inquietante y valiente: “No me importa hablar en una habitación vacía”. Allison ha estado grabando discos desde que era una ambiciosa adolescente de Nashville y subía canciones a Internet. Cada álbum que ha hecho ha tenido su propia forma y sensación: desde su gran avance en 2018, Limpio, por su meditación de 2020 sobre la nostalgia rota, teoría del color, hacia un 2022 más oscuro y catártico A veces, para siempre. Lo último, hojas perennes, Es la más descuidada y privada.

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En la portada gris, está solo en un campo, aparentemente contemplando el vasto vacío que tiene ante él. La música tiene una sensación similar. El sencillo “Driver” puede ser el mejor rockero que jamás haya grabado, pero la mayor parte del álbum es una nebulosa reflexión lúgubre y onírica, llena de tintineos, ecos y deriva de Smith. En “Some Sunny Day”, la guitarra quita la vista de su voz distante mientras canta sobre cerrar los ojos y ver el rostro de un ser querido que nunca volverá a ver. La hermosa canción que abre el álbum, “Lost”, trata sobre el desafío imposible de intentar acceder al dolor de otra persona. “Pero nunca sabré cómo se sintió… no lo entiendo”, canta en una canción que levanta su guitarra acústica de repuesto con acompañamiento orquestal.

Tres canciones consecutivas a mitad del álbum mantienen la misma imagen táctil: en “Changes”, el cabello canoso de su madre; en “Abigail”, canta sobre el cabello morado de alguien que le gusta; En “Thinking of You”, abre la canción cepillándose el cabello, una tarea mundana que hace poco para distraerla de sentirse “atrapada en los recuerdos”. Además de ser honesto al tomar en cuenta el trauma y el impacto que causa, hojas perennes También está musicalmente por delante. Su último álbum, A veces, para siempre, tiene algunos experimentos sintéticos. Aquí las canciones comienzan con una Liz Phair sobria pero pintoresca, rasgueando y continuando. Sonidos de mascotas-Como una microepopeya. Los resultados profundamente conmovedores recuerdan a los clásicos de encontrar el río como REM. Automático para la gente.. Esta es una música que no trata de trascender el dolor, sino de vivirlo tan honestamente como cualquiera podría esperar de un solo ser humano.

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