“Le envié un correo electrónico al terapeuta diciéndole: ‘Me da mucha vergüenza’. Lo siento mucho. Sé que necesito controlarme’”, recordó. “Y me llamó, cosa que nunca había hecho antes, y me dijo: ‘No, estoy muy orgulloso de ti’. Y fue entonces cuando me di cuenta: ‘Oh, algo ha cambiado’”.
Como añadió: “Todo terminó rápidamente después de eso”.
Entonces, cuando llegue el momento de decidir si actuar o no Querida AliciaAnna no quería que nadie influyera en su decisión.
“Algo similar sucedió cuando me empujé por un precipicio y no me di tiempo para pensar: ‘¿Es esta una buena elección?’”, recordó. “Porque simplemente no quiero que nadie me lo diga; tal vez sea una cosa de la infancia, como, ‘No quiero que me digas que es hora de dormir’. Como, ‘Necesito hacer esto’. Voy a hacer esto’”.